viernes, 1 de junio de 2007

Reencuentro con el mayor enemigo de mi alma.

Y ahora,
con el alma vacia como tantas veces,
contemplo el lento paso de los dias
que me empujan no se hacia que destino
oscuro, presentido
ya sin curiosidad. es aburrido
saber y no equivocarse
y acertar. Tambien estar seguro
es tan insoportable en muchos casos
como dudar, como ceder, como desmoronarse.

Seguro, a salvo, ahora que ya paso el dolor,
observo la zozobra lo mismo que una estela
fundida en mis espaldas
con el espeso limo
de los sucesos cotidianos, dados
-antes de ser recuerdos- al olvido.
La indiferenciaante la propia suerte
no es mejo9r compañera que la angustia,
ni mi sonrisa
(cuando el azar nos pone,
viejo amor,
frente a frente)
representa otra cosa que la ausencia
de algun gesto mas justo
para significar la seca, dolorosa,
irreparable perdida del llanto.

ANGEL GONZALEZ