Odio esta mania mia de tener que catalogar los sentimientos. Necesito ponerles nombre, encajarlos en mi cuadricula personal.
Pero contigo no puedo, no soy capaz. Saltas de una cuadricula a otra con la destreza que demuestras para casi todo lo demas.
Creo que en un momento de mi llegue a amarte, pero una noche en tu casa, con nuestro primer brebaje magico, diste un salto mortal y cambiaste de cuadro. Y ahora caminas alrededor de el, paseas, te alejas, lo pisas un segundo, te vuelves a ir.
Y asi va pasando el tiempo, y cada dia te quiero mas, y cada noche te extraño un poquito menos, porque tu hueco lo va llenado la sensacion de saber que poco a poco me necesitas, las miradas de complicidad cada dia mas habituales, cada una de las causalidades que vivimos juntos, y las que nos contamos.
Y vienes y me preguntas si alguna vez desee que me amases, y yo no se que contestar.
Y te acercas por la espalda y me preguntas si te extraño. Si, bebe, hace siglos.